¿QUÉ ES EL KARATE-DO?
El karate-do es una disciplina marcial que se ha desarrollado durante siglos en la isla de Okinawa, (que se halla situada entre Taiwán y Japón, y que pertenece políticamente a este último país) partiendo de la combinación de estilos marciales provenientes de China con las formas de combate propias de los nativos de esta isla. La palabra karate-do significa el camino (o vía) de la mano vacía, lo que hace alusión a la no utilización de armas.
Esta disciplina comenzó a enseñarse en las islas principales de Japón a principios del siglo XX, y después de la Segunda Guerra Mundial, maestros de diversos estilos de karate-do se establecieron en diversos países de todo el mundo para difundir su práctica.
El karate-do es una forma de autodefensa eficaz, que utiliza las armas naturales del cuerpo humano para defenderse de cualquier agresión. Asimismo su práctica fortalece el cuerpo, desarrolla la autoestima del practicante y desarrolla destrezas psicomotoras, entre otros beneficios.
Debido a estas ventajas frente a otras formas de educación física, fue introducido como asignatura dentro del currículum de la enseñanza reglada de los jóvenes en Okinawa, a primeros del siglo XX, al igual que en resto de Japón, el judo forma parte de las asignaturas troncales del sistema educativo japonés. El karate, aikido, kendo, kyudo y otras disciplinas marciales se encuentran en el currículum de muchas universidades japonesas.
A pesar de lo que a primera vista pudiera parecer, su práctica no favorece la violencia, sino que la previene, al servir de vehículo para canalizarla de forma inocua para el practicante y su entorno. Está científicamente comprobado que los practicantes de disciplinas marciales tradicionales (judo, karate-do, aikido, kendo, shorinjikenpo, etc.) son personas con un gran equilibrio mental y emocional, y muy raramente emplean la violencia en la resolución de conflictos. Japón es un país con una tasa de criminalidad ridícula, comparado con muchos otros occidentales.
OBJETIVOS PERSEGUIDOS CON LA PRÁCTICA DEL KARATE-DO
Como se ha citado anteriormente, con la práctica del karate-do se pretende:
1º) Un disciplina de educación física. La práctica del karate-do implica el trabajo de todo el cuerpo, con lo cual se favorece un desarrollo armónico del cuerpo del practicante, así como la coordinación psicomotora y la concentración mejorando las percepciones sensomotrices y la capacidad de reacción positiva del Sistema Nervioso ante estímulos externos.
2º) Inculcar valores, aspecto muy útil debido a la situación de relativismo moral en la que se halla la sociedad actualmente. Las disciplinas marciales fomentan los siguientes valores:
* Respeto: respeto al profesor, respeto a los compañeros de práctica, respeto a la familia, respeto a los compañeros del colegio y al profesorado. Respeto al prójimo. Sin respeto es imposible la práctica y el aprendizaje. En la clase de karate-do, todo comienza y termina con saludo en señal de respeto al profesor y a los compañeros de práctica.
* Disciplina: La practica marcial se basa en un sistema jerárquico similar al militar. La inculcación de la disciplina a edades tempranas favorecerá un posterior desarrollo de la persona armónico con la sociedad en la que va a vivir, ayudando a la prevención de conductas desordenadas o potencialmente dañinas. A ello contribuye el sistema de grados basados en los cinturones de colores que se instauró en las disciplinas marciales japonesas (luego extendido a otras artes marciales no japonesas) a medida que su práctica se sistematizó y se introdujo en el sistema educativo. Siempre el grado superior debe ser respetado por el inferior. Sin excepción.
* Obediencia: Obediencia al maestro de la disciplina, obediencia a la familia, obediencia al profesor. Sin obediencia no se puede aprender y es imposible la disciplina.
* Paciencia: Esta es la mayor de las virtudes. Sin paciencia es imposible aprender cualquier cosa. Los tiempos actuales, donde lo instantáneo y la velocidad lo dominan todo, y muchas veces para mal, han hecho que no se valore adecuadamente la paciencia como fuente de sabiduría y de conocimiento.
* Esfuerzo personal: El karate-do es una disciplina que se practica en grupo, pero su trabajo se efectúa de forma individual, de forma que no puede uno escaquearse o no ser diligente en la práctica si quiere progresar. El practicante descuidado no podrá escudarse en el grupo para no estudiar, ya que solo su esfuerzo personal, su mérito y su sacrificio, le permitirá avanzar. La comprensión de la necesidad del esfuerzo para ganarse un grado es una de las virtudes que enseña el karate-do.
3º) Desarrolla la autoestima del practicante. La práctica marcial ayuda a corregir la timidez y el retraimiento. Ayuda a desarrollar una mentalidad fuerte que le será de gran ayuda para afrontar situaciones de conflicto, proporcionando estabilidad emocional y autocontrol. Permite un mejor manejo del estrés.
4º) Es un método de autodefensa muy eficaz y reconocido.
5º) Mejora de la salud general del practicante. Muchos grandes maestros de karate-do y otras disciplinas marciales en su niñez y juventud eran personas débiles y enfermizas, la práctica regular de estas disciplinas les fortalecieron el cuerpo y el carácter, desapareciendo con ello su mala salud.
6º) Prevención de actitudes y comportamientos agresivos, violentos e inadecuados. La violencia no esta permitida en la práctica marcial. Las artes marciales tradicionales previenen la violencia, no la favorecen.
7º) Como consecuencia del punto anterior, mejora de la capacidad de rendimiento en general y de la capacidad de relacionarse socialmente del practicante.
El objetivo de toda esta enseñanza no es ganar un combate o pelea, es ganar sin necesidad de luchar. Aplicar lo aprendido en el entrenamiento a la vida diaria, adoptar los valores inculcados por el karate-do como valores personales del practicante, que le sirvan como guía de conducta en su vida.
REQUERIMIENTOS DE LOS ASPIRANTES A LA PRÁCTICA
Los alumnos que deseen practicar karate-do deben cumplir los siguientes requisitos:
* Tener al menos 7 u 8 años de edad. Con una edad menor no tienen todavía desarrollada la suficiente coordinación motora para la práctica de los movimientos y técnicas del karate-do.
* Vestir el uniforme adecuado: un karategui o keikogui blanco con su correspondiente cinturón. No se admite la práctica con ropa deportiva occidental. Nada de calcetines ni calzado de ninguna clase. Sólo podrá asistir con ropa deportiva (pantalón de chándal largo y camiseta) mientras el alumno no haya adquirido su uniforme de entrenamiento. Si en la ciudad no hubiera establecimientos donde comprar el uniforme, el profesor podrá encargarse de adquirirlos para todos aquellos que no lo tuvieran, o en su caso, indicar donde pueden comprarlos. El precio orientativo de la equipación varia según la calidad y el tallaje, variando entre los 30 y 50 euros.
Aquí es preciso puntualizar que el karate-do, practicado correctamente presenta un riesgo de lesiones entre sus practicantes infinitamente menor que otros deportes como el fútbol, baloncesto, atletismo o esquí, por citar disciplinas deportivas muy conocidas y practicadas. Y debemos apuntar que en el karate, comparado con el fútbol, su riesgo de lesión es de un 90% inferior, y sus lesiones son, en caso de producirse, mucho menos graves.
El enfoque de la enseñanza en el Centro no va dirigido a la competición deportiva, aunque es conocida esta faceta del arte marcial. Es un enfoque tradicional, dirigido al desarrollo integral de la persona, tanto a nivel físico como psíquico y espiritual.